Tú eres tu propio maestro y tu propio discípulo

¡Hola! Mi nombre es Ángela y me dedico al yoga. En este espacio me dedico a ofrecer mi medicina, a acompañar a las personas que están buscando una transformación en su vida. Este proyecto nace de mi propia necesidad al buscar una respuesta para vivir una vida plena y tranquila. La vida es luz e incertidumbre y el yoga y la meditación me han ayudado a amarme y a rendirme a la vida.

Esta es mi historia…

Todo empieza cuando salimos del útero de nuestra madre. Desde pequeña me he sentido muy cómoda en la naturaleza e inquieta por descubrir más sobre la vida. Desde temprana edad me interesaron la filosofía, tanto occidental como oriental y, sin saberlo aún, el camino del autoconocimiento.

El gran paso lo di a los 18 años, mientras estudiaba bachillerato, tecleando en Google. Esa etapa por la que pasamos la mayoría al tener que decidir a qué dedicarnos profesionalmente en esta vida. Yo me sentía completamente vacía. Caí en un bucle de pensamientos y una rumiación constante que no me dejaban vivir, literalmente. No aceptaba mi cuerpo ni a mí misma; me alejé de mis amigos, de mi familia, incluso de mi perrito. Y ahí fue cuando dije: ¡basta! Google decía que meditar era bueno, así que empecé. Siempre he sido una persona disciplinada y algo cabezota, y fue precisamente eso la chispa que encendió la llama de la meditación, una llama que sigue viva hoy, a mis 27 años.

Casi un año después descubrí el yoga, y junto con la meditación, comencé a amar mi cuerpo, ese cuerpo que durante tanto tiempo rechacé. Empecé a aceptarme tal y como soy: con mis subidas y bajadas, mis acelerones y frenadas, con mi carácter y mi sensibilidad. Casi diez años después, sigo aprendiendo de mí.

Desde hace un año, le vengo dando forma a un sueño, materializándolos: crear un espacio online donde ofrecer mi medicina, mi sabiduría. Todo lo que he aprendido, y sigo aprendiendo, no puede quedarse dentro de mí. Necesito compartirlo.